La Cruz de los Caídos, así es como se le conoce en el pueblo a este monumento que se ubica en la esquina de la plaza de abastos de Santa Olalla del Cala, en la confluencia de la avenida de Andalucía con la calle Clotilde de Julia.
Está construido con piedra de granito tallada en un solo bloque, representando una especie de ataud con un crucifijo casi del mismo tamaño, colocado en vertical y adosado sobre la pared de fondo. Se apoya sobre una peana de dos niveles en forma de peldaños. Delante tiene un pequeño recinto protegido por seis bloques menores de granito de cantería y una valla metálica.
Fue construido a mediados del s.XX, después de terminar la Guerra Civil Española, para honrar la memoria de los ciudadanos de Santa Olalla del Cala que perdieron sus vidas en los frentes; así rezaba en la placa de mármol incrustada en el marco situado en la parte alta de la Cruz.
A ambos lados del monumento, adosadas a la pared del fondo, se situaban dos grandes placas de granito negro (también desaparecidas), con las inscpciones en huecograbado de los nombres de las personas a las que se dedicaba este mausoleo.
En el pequeño recinto vallado, había un jardinillo con plantas y flores naturales, que los jardineros municipales se encargaban de cuidar todo el año. Al pié de la Cruz, en los peldaños de la base, siempre estaban la corona de laurel y las velas encendidas.
Está construido con piedra de granito tallada en un solo bloque, representando una especie de ataud con un crucifijo casi del mismo tamaño, colocado en vertical y adosado sobre la pared de fondo. Se apoya sobre una peana de dos niveles en forma de peldaños. Delante tiene un pequeño recinto protegido por seis bloques menores de granito de cantería y una valla metálica.
Fue construido a mediados del s.XX, después de terminar la Guerra Civil Española, para honrar la memoria de los ciudadanos de Santa Olalla del Cala que perdieron sus vidas en los frentes; así rezaba en la placa de mármol incrustada en el marco situado en la parte alta de la Cruz.
A ambos lados del monumento, adosadas a la pared del fondo, se situaban dos grandes placas de granito negro (también desaparecidas), con las inscpciones en huecograbado de los nombres de las personas a las que se dedicaba este mausoleo.
En el pequeño recinto vallado, había un jardinillo con plantas y flores naturales, que los jardineros municipales se encargaban de cuidar todo el año. Al pié de la Cruz, en los peldaños de la base, siempre estaban la corona de laurel y las velas encendidas.
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